lunes, 15 de noviembre de 2010

NOTICIA (3)

UN ANALISIS DEL LEGADO DE LA POLITICA EXTERIOR DE LULA:

Brasil no solo ha emergido económicamente en los últimos ocho años
sino también como protagonista de la escena internacional. Terminó la
obsesión por Washington y se multiplican las alianzas con países del
Sur.
 
 
La comunidad internacional considera a Brasil un país emergente junto
con China, India y Sudáfrica. ¿Hasta qué punto se puede atribuir la
pujanza de Brasil simplemente a las transformaciones estructurales de
la economía política mundial y al proceso de difusión del poder
económico hacia estos nuevos actores? Es cierto que un ambiente
internacional más permisivo, pero también más complejo, es un factor
importante para Brasil. Pero no es posible comprender este proceso sin
tener en cuenta las innovaciones de la política exterior del Gobierno
de Lula.
 
El principal legado de sus ocho años de gobierno es haber elevado la
política exterior hasta nuevas cotas, ya que se ha constituido en uno
de los cuatro pilares de la acción gubernamental, siendo los otros
tres la atención prestada a la estabilidad económica, la reanudación
de la agenda de desarrollo bajo la égida de empresas público-privadas
y la creación de un mercado de consumo de masas, ya que se calcula que
casi 30 millones de brasileños han ascendido a la clase media en los
últimos años.
 
Analizada retrospectivamente, la reacción negativa de los mercados
ante la primera elección de Lula, en 2002, parece hoy fuera de lugar.
El Gobierno de Lula posibilitó la consolidación de un programa
socialdemócrata, en el cual la política exterior es una dimensión
importante de las transformaciones en curso. ¿Cuáles han sido las
innovaciones, teniendo en cuenta la relativa continuidad que forma
parte de la tradición de la política exterior brasileña?
 
En el plano multilateral, Brasil se ha convertido en un actor
exigente, abandonando la postura tercermundista y defensiva del
pasado. No es que la cuestión de la equidad haya dejado de ser
importante para Brasil, pero el medio para obtener cambios en esta
dirección pasa hoy por posiciones negociadoras en cuestiones clave
para el desarrollo de la periferia, y no en rechazar la negociación
como en el pasado. El mejor ejemplo es la formación del G-20, en el
ámbito de la Ronda de Doha, que puso de manifiesto la hipocresía de
los países desarrollados en lo que atañe a la liberalización del
comercio de productos agrícolas.
 
Una característica de la acción diplomática brasileña es actuar
mediante coaliciones de “geometría variable”, como el G-20 en la OMC;
los BRIC (Brasil, Rusia, India y China), que han dejado de ser un
acrónimo y se han convertido en un organismo de coordinación, en
especial en las cuestiones financieras; el grupo BASIC (Brasil,
Sudáfrica, India y China), constituido con ocasión de la Conferencia
de Copenhague de 2009, donde Brasil presentó por primera vez metas
voluntarias en la reducción de las emisiones de carbono. También en
Naciones Unidas el país ha dejado de lado su tradicional posición
soberanista y ha empezado a participar en operaciones de paz basadas
en el Capítulo VII de Naciones Unidas, aceptando incluso el mando
militar de la misión en Haití.
 
Otra innovación ha sido el nuevo sentido dado a la cooperación
Sur-Sur, toda vez que la propia diferenciación estructural del mundo
en desarrollo le está permitiendo al país participar como donante en
el sistema internacional de cooperación. Esta nueva presencia de los
países del Sur se manifiesta también en el mercado, el comercio y las
inversiones directas de grandes empresas públicas y privadas
brasileñas.
 
Al igual que en otros países emergentes, la internacionalización del
capitalismo brasileño en el Sur va acompañada por diversos planes de
cooperación en las áreas de salud, agricultura y educación, y
programas sociales en los que participan diferentes sectores de la
administración estatal, además de la presencia diplomática
tradicional. Latinoamérica y África son dos de las regiones donde la
cooperación y la presencia económica han sido más visibles.
 
En lo que respecta a Estados Unidos, la política exterior ha
consolidado una postura pragmática en relación con este país, en un
punto medio entre la posición de alineamiento, ejemplificada por
Colombia, y la fuerte oposición de Bolivia, Ecuador y Venezuela.
 
Esto no quiere decir que no haya habido momentos de fuerte tensión en
las relaciones bilaterales, como el reciente episodio del voto de
Brasil y Turquía contra las sanciones impuestas a Irán por el Consejo
de Seguridad de Naciones Unidas. El voto brasileño rompió con una
tradición de evitar oponerse a Estados Unidos. Pero al mismo tiempo,
Brasil ha firmado un acuerdo de cooperación militar con EE UU, con la
justificación de que se trata de un requisito previo para participar
en las licitaciones comerciales de aquel país.
 
Aunque también ha intentado diversificar la cooperación en materia de
defensa mediante un ambicioso programa con Francia que supone la
construcción y el desarrollo de un submarino nuclear.
 
En el plano comercial, las relaciones con Estados Unidos han
experimentado una disminución relativa, debido a la crisis que ha
afectado a las importaciones estadounidenses en general. Pero los
planes del Gobierno de Obama contemplan un incremento de los negocios
con Brasil. En todo caso, un posible incremento de las relaciones
económicas bilaterales no implica la centralidad política de EE UU en
la agenda exterior brasileña.
 
Tal vez Sudamérica haya sido el campo de prueba más difícil para la
política exterior de Lula. Merecen destacarse algunas iniciativas: la
introducción del concepto de asimetría estructural y el tratamiento
especial a los países menores del bloque de Mercosur, que ha redundado
en la creación del Fondo para la Convergencia Estructural del Mercosur
(FOCEM), cuyos recursos provienen principalmente de Brasil; la
creación del Consejo Sudamericano de Defensa, y la intermediación,
junto con otros Gobiernos pertenecientes al ámbito de la Unión de
Naciones Suramericanas (Unasur), en el conflicto entre Colombia y
Ecuador, y en la neutralización de la amenaza separatista en el caso
boliviano; y la modalidad de integración regional posliberal basada en
los temas sociales, la integración productiva, la energía y la
logística.
 
Una de las cuestiones más polémicas es la de los derechos humanos en
Cuba. Lula siempre ha mostrado un enorme aprecio por Fidel Castro y
una de sus visitas a la isla coincidió con la muerte de un disidente
político en huelga de hambre. El suceso provocó una lluvia de
críticas. Más recientemente, el Gobierno brasileño manifestaba la
intención de cooperar con Cuba para facilitar la apertura de su
economía. En el mismo documento, afirmaba que la apertura política y
la liberación de los disidentes políticos deberían ser pasos previos a
la reincorporación definitiva de la isla al espacio interamericano.
 
En el caso de Irán, las razones eran más complejas, ya que implicaban
el temor respecto a evoluciones futuras en el régimen de no
proliferación que pudieran amenazar el esfuerzo brasileño para
desarrollar tecnología nuclear con fines pacíficos.
 
La mediación en el caso de Irán, la política de acercamiento a Cuba,
la nueva política sudamericana y el hincapié en las relaciones Sur-Sur
son algunos de los temas en torno a los cuales se han centrado las
críticas de la oposición a Lula. En un plano más general, la
politización de la política exterior es un elemento nuevo y saludable,
al aproximarla a las demás políticas públicas y reducir su opacidad
corporativa.
 
La continuidad de estas innovaciones parece garantizada, teniendo en
cuenta los sondeos que apuntan a la victoria de la candidata del
partido gobernante, Dilma Rousseff. Considerando las diferencias entre
el estilo del actual presidente y el de su candidata, es poco probable
que en un futuro Gobierno del PT la diplomacia presidencial alcance el
mismo nivel que en la actualidad.
 
Las cuestiones de infraestructuras y energía, que se espera que
adquieran mayor visibilidad, exigirán una política exterior aún más
activa y pragmática.
Un tema abierto bajo Lula cobrará sin duda más fuerza en un nuevo
Gobierno del PT: la exigencia por parte de sectores organizados de la
sociedad civil de que se democratice la elaboración de la política
exterior.
 
En este caso, podrían reproducirse en este campo los resultados tan
positivos alcanzados en otras políticas públicas con la creación de
consejos y conferencias que permiten la participación de la sociedad
civil en la elaboración de propuestas de políticas públicas en
temáticas sociales.
 



martes, 2 de noviembre de 2010

Marcas Comerciales.

MARCAS COMERCIALES.                      
Jorge Amador Valles 3ºB
¿Qué es una marca? Es un nombre, termino, signo, símbolo o diseño o la combinación de las anteriores, cuyo propósito es identificar los bienes o servicios de un vendedor o de un grupo de vendedores y diferenciarlos de los de la competencia.
Una marca es en esencia la promesa de la parte vendedora, de proporcionar ciertas características, beneficios y servicios de forma consistente a los compradores.
Una marca puede comunicar hasta seis niveles de significado: Atributos, Beneficios, Valores, Cultura, Personalidad y usuario
Si una empresa trata una marca solo como un nombre no ha entendido de qué se trata. Los valores más perdurables de una marca son sus valores, cultura y personalidad.
Las marcas son un aspecto importante de la estrategia de producto. Desarrollar un producto de marca requiere una fuerte inversión a largo plazo, en publicidad, promoción y presentación.
Empresas dedicadas a las marcas subcontratan la fabricación a otras empresas.
El valor de una marca:
Las maracas varían en cuanto al poder y al valor que tienen en el mercado.
Aaker distinguió cinco niveles de actitud de los clientes hacia la marca, de menor a mayor:
  El cliente cambia de marcas, especialmente por precios: Ninguna lealtad
  El cliente está satisfecho: No tiene razón para cambiar de marca
  El cliente está satisfecho e incurrirá en costos al cambiar de marca
  El cliente aprecia la marca y la ve como una amiga
  El cliente es devoto de la marca
Las diez marcas más valiosas en el mundo a finales del milenio fueron: Coca-Cola, Marlboro, IBM, McDonald's, Disney, Sony, Kodak, Intel, Gillette y Budweiser.
Un valor de marca alto ofrece varias ventajas competitivas:
·         Costos de marketing más bajos
·         Mayor poder de negociación frente a los distribuidores y detallistas
·         Cobrar un precio más alto que sus competidores
·         Lanzar extensiones por que la marca goza de credibilidad
·         Ofrece a la empresa cierta defensa contra la competencia por precio
Algunos analistas ponderan un alto valor a las marcas y afirman que las marcas duran más que los productos e instalaciones específicos de una empresa, y los considera su activo más perdurable, pues una marca poderosa representa un conjunto de clientes leales.
La primera decisión es si la empresa debe desarrollar o no un nombre de marca para su producto.
Las marcas confieren a quienes venden varias ventajas:
·         El nombre de marca facilita el procesamiento de pedido y la investigación de mercados
·         El nombre y la marca registrada del que vende protegen legalmente características exclusivas del producto
·         El uso de marcas da la oportunidad que el que vende pueda atraer un conjunto de clientes leales y rentables
·         Ayudan al que vende a segmentar el mercado
·         Las marcas fuertes ayudan a construir la imagen corporativa
Un fabricante tiene varias opciones en cuanto al patrocinio de las marcas. El producto podría lanzarse como una marca del fabricante. Otra alternativa es que el fabricante asigne aparte de su producción su propio nombre.
Los intermediarios se molestan al patrocinar sus propias marcas porque ellos tienen que encontrar proveedores calificados que puedan proporcionar calidad constante, hacerles pedidos grandes que inmovilicen su capital en inventarios y gastar dinero para promover una marca privada (más rentables y los detallistas crean marcas de tienda para diferenciase de sus competidores).
Algunos comentaristas de marketing predicen que en algún momento las marcas privadas noquearan a todas las marcas del fabricante, con excepción de las más fuertes.
El creciente poder de las marcas del distribuidor no es el único factor que debilita a las marcas nacionales. Los consumidores son más sensibles al precio; están notando una mayor equivalencia en canto a calidad a medida que los fabricantes y detallistas nacionales copian y duplican las cualidades de las mejores marcas.
Para determinar el nombre de la marca hay cuatro posibles estrategias:
  Nombres individuales: La empresa no vincula su reputación con la del producto.
  Nombres genéricos: El costo del desarrollo es menor por que no es necesario investigar nombres ni gastar mucho en publicidad para crear reconocimiento del nombre de la marca.
  Nombres de familia separados para todos los productos: Es común que las empresas inventen diferentes nombres de familia para diferentes líneas de calidad dentro de la misma clase de producto
  Nombre comercial de la empresa combinado con nombres de productos individuales: Algunos fabricantes vinculan el nombre de su empresa a un nombre individual para cada producto.
En vista del rápido crecimiento del mercado global, las empresas deben escoger nombres de marcas que funcionen globalmente.
Existen cuatro tipos diferentes de marcas:
1.- MARCAS NOMINATIVAS:
Las nominativas, son las marcas que identifican un producto o servicio a partir de una palabra o un conjunto de palabras. Estas marcas deben distinguirse fonéticamente de los productos o servicios de su misma especie. Es decir, no deben tener semejanza con marcas que pertenezcan a productos o servicios de su misma especie o clase.
2.- MARCAS INNOMINADAS:
Las marcas innominadas, son figuras o logotipos que diferencian visualmente a una marca. Es decir, son figuras distintivas que no pueden reconocerse fonéticamente, sólo visualmente.
  

3.- MARCAS MIXTAS:
Las marcas mixtas, son el resultado de la combinación de tipos definidos en los párrafos anteriores. En la mayoría de los casos son combinaciones de palabras con diseños o logotipos.
4.- MARCAS TRIDIMENSIONALES:
Las marcas tridimensionales, corresponden a la forma de los productos o sus empaques, envases o envoltorios, siempre y cuando sean característicos y los distingan de productos de su misma clase. Es decir, las marcas tridimensionales corresponden a cuerpos con 3 dimensiones, como botellas, empaques, cajas, estuches, etc.
Cuando una marca es registrada por una asociación o sociedad de productores o en general por varias personas que quieren diferenciar su producto o servicio se habla de una MARCA COLECTIVA. Si perteneces a una agrupación de productores de bienes o de servicios (ganaderos, avicultores, lecheros, contadores, abogados, etc.) que han diseñado un logotipo que los distingue de las demás agrupaciones de su tipo, entonces el logotipo de dicha agrupación puede ser registrado como MARCA COLECTIVA.